10/05/2024

La temporada de cosecha es uno de los eventos más importantes del año para nuestra fábrica. La caña que cosechemos hoy garantizará que tengamos materia prima para nuestro trabajo dentro de dos años, que es cuando empezaremos a usar ese material. Por eso, es fundamental anticiparse a las necesidades futuras, y cuidar al máximo las cañas para asegurarnos tener suministro suficiente para la fábrica en el futuro.

El proceso comienza en otoño, limpiando el cañaveral de aquellas plantas que han cumplido su ciclo sin alcanzar un desarrollo suficiente para fabricar lengüetas. Esta limpieza producirá que algunas cañas se tiñan de rojo temporalmente (puedes saber más sobre esto aquí). La limpieza ayudará a que el frio del invierno y las heladas, el oxígeno y el sol, lleguen a todas las plantas del cañaveral.

Una vez comenzado el invierno, y tras varias heladas, comenzamos a cosechar las cañas. Así, nos aseguramos que la savia ha descendido, asegurando el color y la estabilidad de la madera, además de evitar que se arrugue.

Se cosecharán aquellas plantas que hayan cumplido su segundo ciclo de vida, es decir, que estén en su segundo invierno. Este material ya habrá alcanzado el estado de madurez necesario para la industria de la música. Los cosechadores pueden distinguir a simple vista la edad de las cañas debido al color de su madera y el estado de sus hojas.

Otro factor a tener en cuenta es el diámetro de las cañas a cosechar. Cada instrumento requiere unas dimensiones concretas para fabricar lengüetas, y una caña muy delgada, aunque esté madura, puede no servir para ningún instrumento.

Los paquetes de caña cosechada se retiran de la plantación, y se dejan reposar por unos días, luego se remueven sus hojas, se asolean 15 días de cada lado, y se guardan al menos por 2 años para estacionar la madera y que sea lo más estable posible. En algunos productos, como por ejemplo Clarinete GD o FOF, el estacionamiento es aún más largo, alrededor de 4 años.